Mira fijamente la pantalla…
La comunidad europea ya ha dado la voz de alarma, pero es un tema que aún está muy en pañales. El daño que la luz de las pantallas podría hacer en nuestros ojos es un tema preocupante. Y no solo hablamos de teléfonos (que sepas que comprobamos el móvil, de media, 150 veces al día).
Según las últimas cifras, el 33 % de los adultos pasa de 4 a 6 horas al día frente a una pantalla, mientras que el 14 % pasa de 10 a 12 horas al día. ¿Cómo afecta eso a nuestra visión? Pues lo cierto es que no existen estudios con humanos que analicen la influencia de la luz de las pantallas sobre el ojo. Hay quienes hablan de muerte celular en el ojo, de lo perjudicial que es la luz azul, de la destrucción de la mácula, de daños acumulativos… Otros hablan de intereses económicos para vender filtros, tratamientos y demás.
Hay un dato escalofriante: normalmente parpadeamos 26 veces por minuto. Frente a una pantalla, solo lo hacemos 9 veces. Un efecto hipnótico que llama mucho la atención. Por no hablar del hecho de que acostumbramos nuestros ojos (ya desde tempranas edades) a mirar cosas de cerca. Y no los ejercitamos para distancias medias y largas. Dicho así parece una tontería, pero está previsto que, en el año 2050, el 50 % de la población mundial padezca miopía como consecuencia de acostumbrar la mirada a las distancias cortas, independientemente de que el soporte sea en papel o electrónico. Casi nada.
Y si hablamos de la influencia de esa luz en el sueño, pues la cosa se complica un poco. Porque, aunque ya se empiezan a encontrar correlaciones del uso de las pantallas con alteraciones del ciclo circadiano, las cifras son todavía peores: el 95 % de los estadounidenses utiliza una pantalla antes de dormir, mientras que un 55 % de los españoles se acuesta con el móvil en la mesilla. Y sí, incluso en la mesilla de noche, sin sonido, afecta al sueño.
¿Es el signo de los tiempos? ¿Lo que nos espera sí o sí en el futuro? Pues empieza a haber iniciativas como el “día sin pantallas” o más radicales tipo “vivir sin electricidad un día entero», a base de velas… Que pueden ser entendidas como reaccionarias, o como curas terapéuticas. Pero lo único cierto es que aún no somos plenamente conscientes de la importancia (o el daño) de los dispositivos en nuestra vida. Que sí, que ayudan. Que sí, que son un avance. Pero si creemos que no hay un precio a cambio, es que no somos tan listos como pensamos. Es algo sobre lo que reflexionar ¿no?