Fails de Packaging
Todos hemos encontrado alguna vez, ejemplos de packagings absurdos. Y ya no se trata de ese ejemplo que seguro hemos vivido, cuando pides un producto en Amazon y llega un desproporcionado paquete para algo muy pequeño. No se trata de fallos de stock o de manipulación (que acaban usando envoltorios poco adecuados) es más bien un fallo de concepto.

Algo que, llevados quizá por una necesidad del consumidor, nos lleva a crear una línea de producto o una forma de presentación diferente, pero que no solo ralla lo absurdo, si no que entra de lleno en lo aberrante.


Re-empaquetar lo previamente empaquetado parece algo que ninguno nos plantearíamos, pero existe. Se hace. Y no es una técnica aislada. Cualquiera en su sano juicio se daría cuenta de lo absurdo. Tanto por el innecesario gasto en materiales de embalaje (abuso de plásticos, etc) como por lo chocante de la situación.
Otras técnicas, como la de combinar la protección del producto con la pretensión de aumento del valor a base de embalaje son también habituales. Se podría aducir que la necesidad del cliente de la adquisición por unidades, en lugar de por grupos (como en el caso de la fruta), pero sigue estando muy pillado con pinzas. ¿Es realmente necesario todo eso para un tomate? ¿Tan buena es esa única fresa que necesita todo eso?


El summum de la cuestión es cuando empaquetas lo empaquetable. El premio de Fail Packaging de la temporada es para… ¡El perejil! ¿Realmente es necesario una bandeja de poliestireno retractilada y etiquetada para vender perejil ya cortado? ¿De verdad no había alternativa? En fin…
