El fin del email marketing
Es la pieza por excelencia del marketing digital. Lo lleva siendo desde su creación. Pero está entrando en una crisis muy grande de la que no está claro que pueda salir. Analicémoslo.
Las campañas de emaling, es decir los correos electrónicos, han llegado a hastiarnos hasta el punto de que bloqueamos sin leer el 60% o más de nuestros correos diarios. Casi nada. ¿Te imaginas que de 10 personas con las que hablas en un día 6 quisieran venderte algo?
Es una técnica que ha triunfado mucho por sus grandes ventajas.
Es muy económica. La diferencia es astronómica, en comparación con el coste de realizar una campaña en televisión, por poner un ejemplo. Existen plataformas que nos permiten diseñar, programar y lanzar una campaña de emailing sin tener conocimientos apenas de diseño y programación. Y con un coste realmente muy pequeño.
Es masiva. Al realizarse de forma casi automática, se pueden enviar a miles y miles de potenciales clientes. Tan solo requiere la compra de una base de datos (los precios son realmente asequibles). Así que cubrimos una cantidad tan grande, que una respuesta del 0,001% ya nos supone una justificación de sus costes. Y un margen de beneficio.
Es trazable y analizable al 100%. Cuando se utilizan técnicas muy avanzadas, podemos saber quién lo abre y quién no. Qué puntos del emailing interesan más. A qué hora nos leen. Donde clican. Cuando tiempo estuvo abierto. Y un sinfín más de datos que nos permiten mejorar el mensaje al máximo y hacerlo cada vez más efectivo.
Es personalizable. Las nuevas tecnologías nos permiten personalizar no solo el nombre, si no también el contenido. Si has estado mirando algún producto en amazon, es muy probable que recibas un correo con más ejemplos de aquello que miraste. Puede que, incluso, con un descuento especial sobre el producto en concreto que estuviste a punto de comprar.
¿Son todo ventajas? Pues no. Porque tal es su éxito que se ha convertido en una auténtica plaga. Entre el 55% y el 60% del correo que recibimos es spam. Es decir, correo que no hemos pedido y no deseamos. Del 40% restante, hay una parte de emailings de marketing que sí hemos pedido, o que hemos accedido a recibir al realizar una compra online o un registro. Aunque en el fondo, tampoco lo deseamos.
Y es que las ventajas de este sistema se han convertido en su peor enemigo. El uso indiscriminado de los correos electrónicos, el phising (suplantación de identidad con fines maliciosos), el correo basura, las estafas, los timos… Están consiguiendo llevar el email marketing a un punto muerto.
En consecuencia, los gestores de correo electrónico se esfuerzan más y más por filtrar ese tipo de correos y los antivirus buscan bloquear y eliminar cualquier tipo de amenaza que nos llegue por esta vía.
Además, la ley se ha puesto muy dura a este respecto. Y no se puede enviar ningún tipo de comunicación a una persona sin su autorización. Cada vez más, se ha ido poniendo coto a una herramienta que nació con el mejor de los futuros y apenas ha llegado a su madurez.
¿El resultado? Ya no es un soporte de referencia. Las limitaciones técnicas ya impiden enviar imágenes, videos, o cualquier otro contenido que no sea texto, o HTML puro sin el expreso consentimiento de quien lo recibe. Has de clicar, para descargar imágenes o contenido de muchos correos. Por lo que su efectividad como herramienta de marketing deja mucho que desear.
Actualmente vivimos un impass respecto al tema de la cesión de datos personales. Una pequeña gran crisis que, cuando se solucione, cambiará completamente el panorama de la comunicación y el marketing personalizado.
Ahí nos volveremos a ver las caras todos.