Tecnología Punta, Mentalidad Cavernícola
Quien tenga entre 40 y 25 años y diga que no ha tenido un reloj y una calculadora científica CASIO, miente. Recientemente, incluso, hemos vivido un resurgimiento (un poco hípster) del mítico modelo de reloj clásico de CASIO. Eso es así. La marca ha sido, y es, todo un referente en este tipo de productos, de eso no cabe duda.
Pero, aunque hasta los grandes tropiezan, hacerlo de manera tan torpe como lo ha hecho Casio es intolerable.
La firma ha sacado al mercado en pleno siglo XXI una gama de calculadoras rosas. Hasta ahí todo bien. Cada marca diseña sus productos en función del mercado que tiene (o el que cree que puede alcanzar). El problema, en este caso, ha sido justo ese. El público objetivo al que Casio ha dirigido sus calculadoras rosas: las mujeres trabajadoras. He aquí la pieza:

Si ya es peliagudo entrar en el debate de azul/rosa para niños y niñas, imaginemos cuando entramos en el ámbito de una mujer independiente con un trabajo de corte ejecutivo, que es lo que se refleja en la campaña de la marca en sus redes sociales.
Te puede gustar el rosa, seas hombre o mujer. Puedes comprarte una calculadora rosa independientemente de tu género. Es más, ya era hora de que la sempiterna calculadora científica Casio gris mate tuviera un cambio en el diseño que la convirtiera en una herramienta de trabajo que pueda ser considerada como un elemento de diseño y estilo.
Pero en plena vorágine de feminismo igualitario en el que la mujer se reivindica dentro del mundo laboral contra elementos que tradicionalmente han jugado en su contra dentro del entorno corporativo claramente desigualitario, llega Casio y les encasqueta una calculadora rosa diseñada “para que las mujeres tengan una mejor experiencia en su entorno de trabajo”.
No se entiende que en una empresa de tanto empaque se haya cometido un error tan torpe. ¿A quién pudo parecerle una buena idea? La tormenta que ha generado en Twitter ha sido de las grandes. Hasta tal punto que CASIO ha tenido que retirar el post de su Facebook.
Si ya de por sí, la pugna por los puestos directivos para las mujeres ha sido, y es, caballo de batalla continuo, la idea de bombero de Casio ha sido tomada por un amplio sector del público como una patada en los morros de la lucha por la igualdad.
No sabemos hasta qué punto va a repercutir en el valor de la marca este patinazo, pero como demuestra la prensa, no es algo que vaya a quedar impune o que pase desapercibido.
Ya ha habido otras empresas que han tenido problemas con el tema de la asignación de roles y géneros como ocurrió con los juguetes en Carrefour Argentina, donde se asociaba una profesión que comenzaba con C de la marca en función del género, atribuyendo trabajos tradicionalmente vinculados a uno u otro. Campeón o Carpintero para ellos, Cocinera para ellas. Otro despropósito.
Desde aquí nuestro más sentido pésame. Todo el mundo tiene derecho de ser torpe, pero en comunicación global se paga caro. Medir dos veces, cortar una. Queremos pensar que no ha sido nada más que un desacierto no intencionado (de proporciones épicas, eso sí), pero se merecen un fuerte tirón de orejas. Uno muy fuerte.