Esperemos que no sean ustedes daltónicos…
El color es un elemento determinante a la hora de configurar los diseños en las campañas gráficas y audiovisuales. La paleta cromática elegida para una acción de comunicación cualquiera determinará lo que nuestros públicos sienten ante ella. Las personas reaccionamos a los colores por experiencias previas y, en un grado más alto, por percepción cultural.
Como detonantes de pensamientos, percepciones y sentimientos, se nos hace imprescindible conocer lo que evocan para afinar bien la tecla. No es solo lo que queremos decir; conviene recordar que lo que al final consta como que decimos, suele ser lo que el público percibe.
Pongamos, por ejemplo, la aparente casualidad de que muchas cadenas de comida decoran sus locales en colores rojos y amarillos vivos y con mucha luz artificial, son ruidosos y el mobiliario no es cómodo. La elección de ese tipo de colores tan agresivos no es una coincidencia. Se pretende que el cliente sienta una pulsión por la que quiera abandonar el local nada más haya terminado su consumición.
Otro ejemplo claro es el color azul. Suele sugerir calma y claridad. Identidades corporativas como la de Deutch Bank, premiada y muy valorada por su diseño es un ejemplo. Para un banco es importante transmitir tranquilidad y seriedad.
El naranja, en cambio, transmite dinamismo, velocidad, agilidad, No resulta tan agresivo como el rojo pero no sugiere pausa, es un color cálido pero fácilmente asimilable y no molesta a la vista. Orange, ING Direct, Easy Jet son ejemplos de marcas que apuestan por ese dinamismo.
La percepción del significado de los colores tiene un componente psicológico muy importante, de hecho la psicología del color es una disciplina comúnmente aceptada. Pero no todo es innato. Existen factores culturales que influyen en el significado que atribuimos a los colores. Por ejemplo, el color verde es percibido en nuestra cultura con connotaciones positivas. Sin embargo en el sudeste asiático se identifica con la enfermedad. En nuestra cultura los trajes de boda son blancos, por poner otro ejemplo, mientras que en China son rojos.
Los colores transmiten conceptos, pero no podemos olvidarnos tampoco de su valor estético en publicidad. Hay campañas de gran trascendencia por su uso de los colores. Unas de las más recordadas es la campaña de la serie Bravia de televisiones de Sony. La multinacional japonesa tiró la casa por la ventana en la producción de algunos de sus anuncios.
Incluso existen productos que basan su estrategia comercial en el color. La marca de detergentes Micolor utiliza como concepto para sus campañas la protección del color tras los consecutivos lavados de las prendas de ropa. En este caso el uso cromático en sus campañas tiene un componente más racional ya que el valor diferencial del producto es justo ese, la conservación de los colores.
El color es un mundo dentro de la publicidad y el marketing, Un buen código de colores puede hacer de una campaña una genialidad. Errar con la elección puede hacer que nuestro público no entienda el concepto, o que no empaticen con nuestra campaña.
Así que, como ya les hemos dicho, esperamos que no sean ustedes daltónicos.