Ya no me creo nada
La confianza en la información que se difunde desde las redes sociales está siendo en los últimos tiempos objeto de un debate recurrente. Las ya infames fake news están en el punto de mira de los grandes de Silicon Valley y de los medios de comunicación generalistas, además de convertirse en una cruzada personal del amigo Trump que considera ‘noticia falsa’ toda aquella que hable mal de él…y eso es mucha ‘noticia falsa’.
En este sentido Facebook se ha propuesto como uno de sus objetivos de 2018 la lucha activa contra las fake news con algunas medidas que ya están siendo discutidas. Y es que, después de cambiar su algoritmo para priorizar las publicaciones de amigos por encima de las de medios y empresas (cosa que, obviamente, no gusta a las compañías), Mark Zuckerberg ha anunciado un segundo paso: que los propios usuarios escojan sus fuentes de confianza para “asegurar que las noticias que ves, aunque sean generales, sean de alta calidad”, cosa que, también obviamente, ha gustado aún menos a la prensa, que puede ver seriamente afectado su tráfico web. “Le he pedido a nuestros equipos dar prioridad a las noticias que son confiables, informativas y locales. Y empezamos la semana que viene”. Así lo ha afirmado el CEO de la red de redes en un mensaje lanzado a través de su cuenta personal de Facebook.
Se trata de nuevas medidas que difícilmente sabremos si llegarán a ser efectivas. Pero lo que no es de extrañar es que Zuckerberg quiera luchar contra la lacra de las noticias falsas. Según el último Barómetro de Confianza de Edelman, un sondeo global con 33.000 participantes en 28 países, existe un cambio significativo de actitud en la opinión pública ante fenómenos como las fake news. Básicamente, la gente está harta de que le tomen el pelo.
El sondeo refleja un radical cambio de actitud del público ante las redes sociales. Y la idea del ciudadano periodista ha dejado sitio a la búsqueda de la verificación de hechos y a la necesidad de acudir a las fuentes originales y a los medios de comunicación generalistas para corroborar la información.
Las redes sociales pierden la confianza del público, y no solo en materia de actualidad. El 70% de los encuestados del Barómetro Edelman opina que plataformas como Facebook, Twitter o Instagram hacen «demasiado poco» para prevenir las acciones ilegales o no éticas, como la diseminación de propaganda extremista, el ciberacoso y los problemas de autoestima de los niños por el uso y abuso de los teléfonos móviles; mientras que el 64% opina que las redes deberían estar más reguladas.
Así, puede que sea la hora de abrir una nueva etapa para las todopoderosas Social Media Companies, que quizás deberán dejar de pensar un poco, solo un poco, en cómo seguir exprimiendo económicamente a sus millones de usuarios (tanto los personales como los empresariales) y plantearse nuevas formas de conservarlos y fidelizarlos.