Si te lleva el Diablo, que te lleve en coche
La muerte nos llega a todos, es la única certeza que tenemos en la vida. Quien diga que no le tiene miedo, engaña. Nadie piensa en acostarse un día y no despertarse al siguiente, pero ocurre. Es lo único que nos hace a todos iguales.
El Marketing Funerario da un poco de mal rollo, las cosas como son. No me imagino a un grupo de amigos en la sobremesa tras una comida contando las intimidades de cómo piensan morir o cómo quieren que sean sus exequias, pero es algo que hay que afrontar en algún momento de nuestras vidas. Cierto personaje de ficción dijo que prefería un cáncer a una muerte fortuita porque le daría tiempo a poner sus asuntos en orden y a hacer ciertas cosas que había aparcado durante tiempo. Aunque no siempre puede ser así.
Atendiendo a esta inexorable certeza, la industria funeraria se ha puesto las pilas en los últimos años ofreciendo una serie de servicios que nos ofrecen la posibilidad de dejarlo todo preparado. Para qué engañarnos, cuando se pierde a un ser querido nadie está para tomar muchas decisiones en tan pocas horas. Así que mejor evitarles ese trance
Algunas empresas nos permiten escoger todos los detalles de nuestro funeral. Desde la vestimenta, el féretro, el cortejo y la decoración de la sala del velatorio hasta servicios on line para que personas que se encuentran lejos puedan “asistir” a nuestro funeral. También se ofrecen servicios de floristería virtual e incluso visitas virtuales al cementerio.
También ofrecen libros conmemorativos, tanto físicos como virtuales, donde los amigos y conocidos puedan expresar sus pésames y despedidas del difunto. Los memoriales virtuales tuvieron una gran expansión en Estados Unidos a raíz de los atentados del 11-S y se complementan con esquelas virtuales, que se posicionan en varias webs y son significativamente más baratas que las insertadas en medios. Igualmente se puede acceder a obituarios virtuales en forma de site donde poder honrar a los muertos.
Existen también servicios que dan, en caso de incineración, la posibilidad de fabricar joyas con las cenizas del difunto o de guardarlas en urnas biodegradables que no causen impacto sobre el medio ambiente. Incluso de convertir nuestras cenizas en sustrato carbonatado para la plantación de árboles.
No todos los servicios funerarios que ofrecen estas empresas con carácter innovador tienen que ver con el difunto. Si ya es habitual el coche de acompañamiento, puesto que en una situación así nadie está para conducir, ahora también podemos dejar contratados servicios como el apoyo psicológico a familiares.
Quizá lo más avanzado en servicios funerarios sea todo lo relacionado con el material genético y su conservación. En nuestro último adiós, incluso una vez que el telón haya caído, es posible extraer y custodiar la fuente de información más importante de cualquier ser humano; la secuencia genética de su ADN. Éste proceso, que ofrecen empresas como BioBook Lab, permite mantener intacto nuestro material genético que puede, en un futuro, ayudar a prevenir, diagnosticar o curar enfermedades hereditarias. Incluso muertos podríamos ayudar a nuestros seres más queridos. Es una gran herramienta, que los médicos dispongan de un árbol genético de los pacientes.
En esta industria, como en cualquier otra, es importante generar valores diferenciales que nos hagan sobresalir por encima del resto, haciendo que nuestros servicios sean los más atractivos para los clientes. Y, sea por evitar penas a los que dejamos o por dejarlo todo a nuestro gusto, ahora podemos organizar nuestro fin con el mismo detalle que nuestra vida. Es duro pensar en ello, pero desmitificar tanto la muerte es positivo a nivel personal y desde luego, una gran ayuda para los que queden.