Puro teatro
Estamos acostumbrados a escuchar y leer sobre dos grandes marcas que se enfrentan, por ser competencia. Incluso se demandan unas a otras. La historia de Apple y Samsung viene de lejos. Y aunque la coreana vende más teléfonos que la de Cupertino, el valor de Apple como compañía es superior.
Son cifras de auténtico vértigo. Mientras las acciones de Blackberry, por ejemplo, cayeron más de un 91% en 2017, las de Apple crecieron un 378%. Y aunque las primeras cifras de ventas de Iphone X han pinchado y obligado a bajar la cifra de producción a la mitad, seguimos hablando de números muy grandes. La gente de Apple ya está trabajando en los siguientes terminales: la rueda sigue.
Samsung, por su parte, perdió mucho con el fiasco de su Note 7. Y aunque la familia del Galaxy S8 se ha vendido más que bien, no llega a las cifras de Iphone. 278.000 Galaxy S8 y S8+ vendidos al día no son suficientes. El Iphone sigue siendo el terminal más popular del mercado.
La estrategia es la diversificación. Mientras Samsung tiene un porfolio de teléfonos muy amplio, Apple apenas saca dos versiones de cada iPhone. Y así se explica que 7 de cada 10 terminales que se venden en el mundo llevan sistema Android. Mientras que solo 3 llevan el sistema operativo de Apple, pero el rey sigue siendo el iPhone.
Puede parecer que son dos titanes que se enfrentan. Que estamos ante una pelea de gallos sin cuartel. Pero nada más lejos de la realidad. Para muestra, un botón: solo con las ventas de iphoneX, Samsung ganará 34.000 millones. Sí, has leído bien. La pantalla OLED del iPhone la fabrica Samsung. Por cada iPhone vendido, la surcoreana se lleva unos 100 dólares. Pero ¿no eran enemigos? ¿no eran competencia? Pues parece que la sangre no llega al río tanto como creemos.
Que si el chip de mi cámara lo fabrica SONY, que si las lentes del mío las hace LEICA, que si la memoria la hace Toshiba, que este chip lo hace LG… es un entramado complejo de asociaciones y pactos. Por un lado, te denuncio, y por otro, te compro piezas.
Hemos de entender que, en el mundo de los negocios, las cosas rara vez son blancas y negras. Y que nadie está en condiciones de fabricar (y hacerlo bien) todas las piezas de un dispositivo. Así que es necesario pactar. Es una estrategia perfectamente válida.
Y lo demás es, como decía La Lupe, es puro teatro.