Marchando una de KPI
Los Key Performance Indicator (KPI) son una herramienta muy útil para todos los departamentos de la empresa. Comercial, producción, administración, marketing… Últimamente se utiliza mucho, pero vamos paso a paso. Vamos a intentar explicarlo de forma sencilla.
Sirven para medir resultados de una acción, de un departamento, etc… Por ejemplo, si es para una acción de marketing, igual queremos saber a cuánta gente ha llegado, cuantas ventas se han realizado, cuál es el coste por venta… y en base a esos objetivos establecemos los KPI. Si es un departamento, podríamos querer saber si hemos llegado al objetivo, cuántas horas nos ha costado, etc…
Hasta aquí parece que son las métricas de toda la vida. Sí y no. Podríamos decir que los KPI son una versión avanzada de las métricas de siempre. Hay una importante diferencia. Mientras que las métricas simplemente miden de forma constante y continua, sin un objetivo específico, los KPIs se definen, precisamente, en función del objetivo. Y por ese motivo, son mucho más concretos.
Así pues, todos los KPI son métricas, pero no todas las métricas son KPI
Pongamos un ejemplo. Si la acción que queremos valorar es el desarrollo de la página Web de nuestra empresa, que contiene una webshop, podríamos definir los siguientes KPI:
Número total de visitantes únicos
Número total de visitantes recurrentes
Tiempo medio de estancia en la página
Distribución geográfica de la procedencia
Porcentaje de rebote
Tráfico orgánico / tráfico de pago
Porcentaje de conversión en ventas
Productos que se quedan olvidados en el carrito
…
No hay límite de KPIs. Podemos poner todos los que queramos. Y de la misma forma que lo hemos hecho para una acción, puede ser para toda la empresa, un solo departamento, un trabajo concreto, una campaña global, un proyecto de ampliación…
Es importante definir con cuidado esos KPI antes de comenzar. Preguntémonos qué información nos puede ser útil, a la hora de valorar los resultados. Qué datos nos podrían ir bien si queremos mejorar el trabajo, o introducir cambios.
Es un sistema de control y un medidor de éxito/fracaso bastante fiable (siempre y cuando lo realicemos correcta y honestamente). No está sujeto a estimaciones, pues se basa en valores cuantitativos y no cualitativos. Es como una radiografía en directo, una toma de pulso constante. Permite detectar y corregir desviaciones de los objetivos marcados casi al momento.
De ahí su utilidad… y su fama.