Cruzar sin mirar en Internet
Uno de cada tres usuarios de internet no es capaz de identificar la publicidad en las redes sociales. Tampoco son capaces de distinguir cuándo un contenido patrocinado es sin ánimo de lucro y cuándo no…
Estos datos, publicados por la Unión Europea evidencian dos realidades. La primera, que la misma Comisión Europea denuncia, es la cantidad de publicidad desleal o engañosa que prolifera por internet y por las redes sociales. Es cierto. Y hay que poner remedio.
Existen dos tipos de publicidad: la que intenta comunicar de forma clara y sencilla el beneficio de un producto para que consideres comprarlo (podríamos llamarla publicidad “limpia”) y la que busca subterfugios para que acabes comprando sin darte cuenta de que compras. Esta es la más “sucia”, la que se acerca peligrosamente a la estafa.
Todos hemos visto alguna vez, las páginas y programas que te avisan que tu ordenador podría estar infectado por un virus, para que cliques, pagues y te instales un antivirus. O, más sibilinamente, para que instales sin darte cuenta, una puerta de acceso a muuuuuuchos otros anuncios. Ésta es la que realmente cuesta identificar.
Es solo un ejemplo de muchos. Pero cuidado, que en última instancia se basa siempre en la credulidad del oyente. En su desconocimiento. En un exceso de confianza.
Esta otra publicidad evidencia también una realidad menos clara y más preocupante; y a la que hacemos muy poca referencia: el nivel, cada vez menor, del público que accede a internet. Y es que, a nuestra tendencia habitual a meternos en berenjenales sin saber lo que hacemos (¿quién se lee alguna vez los libros de instrucciones? ¿quién tiene en cuenta la seguridad antes de crear una cuenta en Facebook? ¿quién toma medidas cuando conecta el teléfono a un wifi público?), hay que añadir la poca disposición a tomar medidas para remediar el fallo. Y ya no digamos prevenirlo.
Es más fácil quejarse de que “en internet nos tienen controlados”, o “es que saben todo de nosotros” o “nos engañan y nos manipulan como quieren…” Es fácil, en definitiva, echar la culpa a la mala fe de los demás para esconder ahí dentro nuestra poca consideración y falta total de conocimiento. Internet es una autopista de información por la que cruzamos constantemente sin mirar a los lados. Y luego nos quejamos si el coche pasa muy cerca, nos roza, o directamente nos atropella sin piedad, sacándonos datos, tiempo o dinero.
Tomemos medidas desde las entidades responsables, sí. Incluso desde los anunciantes, los que pretenden hacer las cosas bien. Existen casos de mala fe tanto en anunciantes como en el medio en sí. Pero no olvidemos que, en última instancia, somos nosotros mismos los principales responsables de nuestros clics. Los que debemos asumir las consecuencias de nuestros errores. Internet está lleno de tutoriales y explicaciones sobre seguridad. Para todos los niveles. ¿Por qué no nos aseguramos de que nuestro coche funciona bien y es seguro antes de entrar en la autopista? Buena pregunta… Muy buena pregunta…